Violencia Juvenil en la Escuela:¿Que podemos aprender de Columbine?


Hoy en el periódico "ESCUELA", editado por Wolters Kluver, la periodista Saray Marques ha publicado un articulo sobre violencia juvenil. En esta pieza se recogen algunos comentarios realizados en una entrevista que me hizo hace unos días. El motivo de la entrevista eran los sucesos violentos de un IES de Villena (Alicante). En este IES un estudiante de 17 años atacó a sus compañeros con una navaja produciendo de años a varios de ellos. Actualmente esta internado en observación en un centro hospitalario. La autora relaciona estos hechos a la luz del libro, publicado por la madre de uno de los protagonistas de la matanza de Columbine (USA), sobre el papel de la educación familiar en los problemas de los adolescentes.


A continuación transcribo el contenido de la entrevista.

¿Qué podemos aprender de Columbine? 31-1-2017 | Wolters Kluwer | Saray Marqués 

Cualquier acción violenta en un instituto, perpetrada por un estudiante, está llamada a copar titulares, pero ¿se pueden prevenir sucesos de este tipo? ¿Se puede extraer alguna lección para evitar que se repitan? 
El pasado viernes nos sorprendía un suceso violento en un centro educativo. De momento, desde la Administración se pide "prudencia y respeto" para el menor que causó heridas de arma blanca a algunos de sus compañeros de su instituto de Villena (Alicante), tras irrumpir en un aula a segunda hora. A la espera de que se esclarezcan los hechos y la intrahistoria detrás de esta acción violenta puntual, y sin intención de generar alarmismo, tratamos de desentrañar con el profesor de la Universidad de Barcelona Antonio Andrés Pueyo qué late detrás de hechos aislados como este. 

Pueyo es experto en predicción de la violencia, agresión y personalidad y dirige el Grupo de Estudios Avanzados en Violencia de la UB, donde es catedrático del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos. Precisamente en esta universidad acaba de lanzarse un curso de posgrado para todos aquellos profesionales del campo educativo, social o criminológico que deseen ahondar en esta materia. 


¿Ha habido un antes y un después de Columbine (la masacre en un centro de secundaria de EEUU en que dos alumnos, en abril de 1999, acabaron con la vida de 12 compañeros y un profesor y se suicidaron)? 
Es cierto que desde entonces ha habido graves atentados en las escuelas, baste recordar Sandy Hook. Han pasado muchas cosas en estas dos décadas, pero no sé hasta qué punto se puede relacionar con Columbine. Lo que sí es cierto es que en este tipo de temas se mezclan muchos factores. En el último caso que nos ocupa, el que ha sucedido en Alicante, todavía tenemos poca información, y es necesario un estudio retrospectivo, con detalle, intentar reconstruir todo lo que pasaba antes de que sucediera esto, que es algo siempre sorpresivo. Sin embargo, en casos análogos después se ha descubierto que había indicios de que podía pasar. Creo que es muy importante diferenciar los problemas de convivencia de estos sucesos violentos tan graves. Si no, es como querer comparar una pelea en un bar por un partido de fútbol con un asesinato. Siguiendo con esta analogía entendemos que estos sucesos tan graves tienen más que ver con el asesinato que con la pelea del bar. En casos previos, como en el asesinato en Cataluña de un profesor por un menor, se ha descubierto cómo ese menor sufrió un problema muy grave de salud mental, que apareció bruscamente. Por eso, a la hora de prevenir, es muy importante definir qué es lo que se quiere prevenir, para saber cómo hacerlo, si el bullying y las peleas entre grupos en el colegio, la mala convivencia o la mala conducta o ataques violentos del tipo que venimos comentando. Si uno cree que con un plan va a eliminar todo es un poco iluso. Es como definir un plan para eliminar todas las enfermedades: no es lo mismo la diabetes, el cáncer, el alcoholismo o la gripe. Se pueden dar buenas pautas generales de salud, pero la prevención ha de pasar por la detección precoz y la intervención preventiva específica. Igual con la violencia, tanto para la extremadamente grave como para la cotidiana, cada una en su nivel. Hay que tener en cuenta que no siempre el que se comporta mal en el patio es luego el que se transforma en asesino. Hay que distinguir muy bien esos niveles, y hay que tener en cuenta que la prevención no es fácil, es compleja, tiene muchas teclas… 

¿Hasta qué punto se pueden prevenir estos actos violentos extremadamente graves? 
La prevención de la conducta violenta grave en las escuelas pasa por implementar procesos de seguimiento muy individualizados. Hay niños cuya educación es complicada, con problemas desde muy pequeños, que conviene identificar y cuanto antes mejor. Hay que saber también que existe el 1 / 4 Si se quieren prevenir problemas de convivencia pueden funcionar las estrategias de educación emocional, colectivas, enseñar a los niños a resolver los conflictos sin violencia Hay que cuidar la observación genérica y preocuparse por el desarrollo individual de cada chico, y estar atento a las señales de alerta, cuidando aspectos como la salud mental, el consumo de drogas, los grupos, los cambios bruscos en el devenir individual… riesgo de estigmatizar, por lo que se requiere mucha sensibilidad y precisión, y no alarmarse, porque sucesos como el último, de Alicante, son muy infrecuentes, no hay que asustar a toda la comunidad ni empezar a poner arcos para detectar armas en las escuelas, que sería como querer matar moscas a cañonazos. Ha pasado esta vez, pero no pasa cada semana: una vez en Madrid; otra, en Cataluña; otra, en Galicia… Conviene hacer seguimiento y distinguir: si se quieren prevenir problemas de convivencia pueden funcionar las estrategias de educación emocional, colectivas, enseñar a los niños a resolver los conflictos sin violencia. Si se quiere prevenir la violencia grave es fundamental la detección precoz de posibles casos, preocuparse por el estado de los niños y adolescentes con más problemas. Pero no tiene sentido evaluar con algún tipo de "test"a todos los niños, porque además estos casos tienden a escaparse de las evaluaciones más corrientes y habituales. 

Habla de las niños/adolescentes con más problemas, ¿es entre ellos el acoso escolar uno fundamental? 
Sí, se sabe que los chicos y chicas que han sido victimizados, en ocasiones, cuando van creciendo, se convierten en agresores. Es un cambio de rol en que el sufrimiento y maltrato recibido les dan razones de venganza, de tomarse la justicia por su mano. Si además son personas con dificultades emocionales y de regulación conductual, es como echar gasolina al fuego. El seguimiento de estos casos es importante, con programas de prevención generalizados y de detección precoz que nos ayuden a anticiparnos. 

¿Es la escuela un lugar privilegiado para hacer ese seguimiento? 
Sí, hay que tener en cuenta la historia personal y familiar, que puede condicionar situaciones complicadas, pero sí, en la escuela muchos de esos niños son observados a lo largo de mucho tiempo. Es, en este sentido, un lugar privilegiado de observación. Cierto es que no hay reglas ni índices matemáticos y precisos para predecir el comportamiento futuro de un niño o adolescente, solo aproximaciones relativas: "Si de pequeño hacía tal cosa tiene más probabilidades para, de mayor…" pero la escuela, el contacto con los padres, los servicios médicos y sociales, son claves para la detección precoz y la gestión de los riesgos a lo largo del desarrollo. En ocasiones el indicador es un cambio muy brusco en el chico. No es fácil. Ahí están las reacciones, tras los sucesos de este tipo "¡Cómo es posible, sacaba tan buenas notas!", pero siempre hay algo más, como que se interese por las armas… Luego nos daremos cuenta de que no se le puede quitar importancia a este tipo de cosas, pero desgraciadamente se suele ver después. Por eso es importante concienciar a los profesores, al entorno de los estudiantes, de que a veces pasan estas cosas, y que cambios bruscos, aparentes tonterías, se podrían haber utilizado para la prevención. 

¿Puede convertirse el instituto en un microcosmos asfixiante, en que además todo se magnifica, para estos chicos? 
En algunos casos son chicos que se sienten muy aislados… por lo que hay que intentar comprender muy bien las situaciones que vive cada uno de los estudiantes. En estas edades la escuela, el instituto, con sus relaciones personales, sus grupos, es el 80% de su vida, es casi todo. Es por eso un lugar que puede aportar una información excelente, pero que debe usarse con la debida discreción para no vulnerar los derechos individuales. Los educadores en general deben considerar que esto puede pasar, contemplar esta posibilidad. Si no piensas que te puede pasar no estarás capacitado para anticiparlo, pero tampoco puedes estar alarmado ni alarmar al entorno. No vale decir el "Esto en mi escuela no pasa"… hasta que pasa. Por eso hay que cuidar la observación genérica y preocuparse por el desarrollo individual de cada chico, y estar atento a las señales de alerta, cuidando aspectos como la salud mental, el consumo de drogas, los grupos, los cambios bruscos en el devenir individual… 

¿Solemos reaccionar con el "Nadie lo hubiera dicho de este alumno"?
 Es que es un asunto demasiado heterogéneo como para establecer un arquetipo… ¿Qué pasa, que si el alumno busca la bronca permanentemente, va vestido de militar, con tatuajes que llaman a la violencia, a nadie le sorprendería? Cuando sucede, que, como he dicho, es muy esporádicamente, intentamos encontrar la explicación, y el primer recurso es este: "¡Pero si era un chico normal y sacaba buenas notas…!". Pero eso son indicios, y no tienen que ver necesariamente con la conducta violenta: Un alumno con un trastorno mental puede sacar buenas notas, y, sin un trastorno mental, sacarlas malas, o puede que, de repente, se encuentre en un momento de crisis emocional importante. Todo esto es compatible. Y nadie desde que nace va con el estigma de que va a matar a alguien cuando llegue a los 30 años. Ocurre también con otro tipo de asesinatos, el "Saludaba en el ascensor…". Sí, hay "monstruos" capaces de matar a su pareja perfectamente identificables, pero también hay personas que un día, de repente, cometen un acto cruel que sorprende, como un feminicidio. 

Dentro de la prevención, ¿es clave la educación emocional? 
Sí, nos abre la vista, el horizonte. Hasta hace un tiempo, en un colegio, ¿qué niños preocupaban? Los que se portaban mal. Pero el niño que estaba sentado, inhibido, que no jugaba… preocupaba pero quizá el maestro habría respondido "Me preocupan más los otros". Si un niño está así, algo le pasa. La educación emocional nos aporta una visión integral del niño en la escuela, y es buena para detectar cambios. Si durante todo el trimestre el niño o adolescente va bien, pero empieza a mostrarse triste, cabizbajo, es importante conocer qué ha pasado. Igual es solo un cambio en el estado ánimo sin trascendencia, pero a veces no es solo eso. Los niños pasan muchas horas en las escuelas y conviene detectar sus necesidades emocionales. 

Empezábamos hablando de Columbine, ¿deberíamos tener en cuenta factores culturales que hacen imposible la comparación de EEUU con España? 
Bueno, hay algo que después de Columbine ha sucedido a escala global, y es que ahora la violencia escolar forma parte de la agenda de los responsables de las escuelas. En ese sentido, tuvo un gran impacto. La diferencia entre EEUU y España está en la disponibilidad de armas, mucho mayor en la sociedad americana. Aquí, cuando tiene lugar algún ataque, suele ser de una magnitud mucho menor, y tenemos la gran fortuna de contar con una red social muy fuerte (la asistencia social, médica, etc), lo que nos distingue también en el apartado de factores de riesgo que pueden desembocar en un hecho de esta tipología. En España cualquier adolescente está en general muy "monitorizado" socialmente, existe más o menos coordinación entre unos servicios y otros, lo que permite anticiparse a problemas que no conocemos porque no aparecen en las noticias, conocemos solo los que se han escapado del sistema, pues no hay nada absolutamente eficaz ni que lo detecte todo. En EEUU no existe seguridad 2 / 4 En España cualquier adolescente está en general muy "monitorizado" socialmente, existe más o menos coordinación entre unos servicios y otros, lo que permite anticiparse a problemas que no conocemos porque no aparecen en las noticias En la mayoría de los casos, en el proceso de educación paterno-filial siempre hay luces y sombras social, sanidad universal… eso afecta mucho al estado de los miembros de la sociedad más vulnerables a las enfermedades, la exclusión, etc. Al mismo tiempo, España es uno de los países menos violentos del mundo y de Europa. La tasa no es cero, pero no hay color. 

¿Sabe que la madre de uno de los autores de la masacre de Columbine se dedica ahora a prevenir el suicidio en adolescentes? 
El suicidio en la adolescencia, que es algo más frecuente de lo que se cree socialmente, suele ir asociado a problemas emocionales muy graves, a veces de aparición brusca y siempre trágicos. Los criminólogos saben que las ideas de suicidio y homicidio, y a veces esos comportamientos, suelen aparecer muy asociados. El suicida y el homicida muchas veces ven en este acto violento la solución definitiva de un conflicto que no saben cómo resolver. La experiencia de esta madre que educó a uno de los atacantes de Columbine, que se suicidio después de la matanza, parece ser que le ha animado a publicar este libro y atender a esta problemática. Educar a los hijos no es una asignatura fácil, especialmente cuando los hijos son "difíciles" de educar. Si son "fáciles", respetuosos, dóciles, amables, obedientes, cualquier persona vale para educarlos de forma prosocial, simplemente hay que dejar que las cosas fluyan, que los niños crezcan, y no interferir de forma negativa en ese proceso. Los niños fáciles no exigen a sus padres nada difícil, pero para los difíciles, los rebeldes, los complicados, no es suficiente con el amor, estos chichos ponen a prueba la capacidad educativa de los padres. Los padres deben ayudarles, acompañarles en el crecimiento, y evitar los riesgos e influencias negativas, hay que pensar que los padres también pueden hacer mucho daño a sus hijos. Es muy importante señalar que la mejor forma de prevenir la violencia juvenil es que los niños no sean maltratados ni objeto de abusos en el entorno familiar. Que los padres traten bien, no maltraten ni abusen de sus hijos, contribuye a reducir mucho el riesgo de la violencia juvenil. Pero con quererles mucho no vale, del mismo modo que ante una parálisis cerebral hay que acudir cuanto antes a rehabilitación, hay que ayudarles a andar… queriéndoles mucho a la vez, pero sin dejar de ir a la rehabilitación. La relación entre la práctica educacional y el resultado educativo es complicada: hay hijos que se comportan mal porque sus padres lo han hecho muy mal y otros que son difíciles y sus padres no han podido hacerlo mejor. En la mayoría de los casos, en el proceso de educación paterno-filial siempre hay luces y sombras. 

Ese es precisamente el título del libro de Sue Klebold, ‘El amor no basta’… 
Pueden darse explosiones emocionales, puede haber deseos de venganza mal encauzados, un trastorno mental transitorio, que creo que tuvo mucho que ver con lo que ocurrió en Columbine, en la que hay dos chicos y uno de ellos se deja llevar… En los hechos violentos en adolescentes es más habitual la intervención en grupo que en los de adultos, porque los adolescentes se influyen mucho entre sí. Dicho lo cual, quizás la madre es la persona menos objetiva del mundo para hacer un análisis. Es un descargo de conciencia, pero el mensaje que late detrás es que si tienes un hijo difícil, con problemas, la labor de educar es muy exigente, conviene esforzarse al máximo, y que no todo el mundo lo sabe hacer. Por eso conviene detectar pronto esos problemas, esas demandas específicas de los niños, con tres, cuatro, cinco o seis años en algunos casos. 

¿Cree que hay un efecto llamada cada vez que se produce un suceso de este tipo? 
Probablemente algo de efecto tiene, pero conviene analizar si es mucho o es poco, ese efecto. Además, ese efecto no es igual en todos los receptores de la información. Dar una noticia es fundamental para informar, para dar cuenta a la sociedad de lo que está sucediendo. Hay muchas razones para darla. Si hay un efecto copycat o imitación no se sabe con certeza, pero, en mi opinión, si lo hay, probablemente es muy pequeño. 


NOTA INFORMATIVA

El próximo día 23 de Febrero de 2017 se realizará una Sesión de presentación publica del curso de Experto en Gestión e Intervención de la Delincuencia y la Violencia Juvenil.