Los tests psicológicos, los tumores cerebrales y el “ángel exterminador”

He leído un artículo autobiográfico, de 2002 de Jesusa Pertejo (1920-2007) una de las pioneras españolas de la Psicología aplicada y que me ha impactado por el detalle que más adelante describiré. 
Obituario del Dr. M.Siguán en Anuario de Psicologia (2007)
La Dra. Jesusa Pertejo, de formación médico-psiquiatra y de elección psicóloga clínica (formación que recibió inicialmente en Cataluña por influencia del Dr. Folch y Camarasa y del Dr. Sarró, entre otros), fue experta en técnicas proyectivas  (Roschach, TAT…). También trabajo en la primera adaptación española de las escalas Weschler, si bien su principal actividad profesional fue la atención a los deficientes mentales. Combinó estas actividades con la investigación, bajo las órdenes de José Germain en el CSIC, durante los años ’50 y ’60 del pasado siglo. Poco a poco su carrera profesional se fue vinculando más a la práctica profesional en psicoterapia, sobre todo después de un infructuoso proyecto de dedicación universitaria a mediados de los años ‘70.

La anécdota, mejor anécdotas, que me ha llevado a escribir este post están en los siguientes comentarios (que copio directamente del articulo original)

Recuerde el lector que hablamos de los años 1947-49 y hágase una idea de la realidad de aquel entonces en la atención "sanitaria" a los enfermos mentales (mezcla de pacientes con trastornos neurológicos, discapacidades y otros estados patológicos análogos).

Dice La Dra. Pertejo:


Fíjense el "orgullo" por utilizar ciertas técnicas psicológicas que, de buen seguro, se recibieron con gran esperanza en cuanto a su utilidad técnica en aquellos años.

Pero sigan leyendo.


y sigue ......


Realmente la Psicología, como todas las disciplinas que ofrecen ayuda a los pacientes de cualquier enfermedad, tiene una enorme responsabilidad en su actividad profesional. Esto que no es ninguna novedad aquí está presentado sin ambages, con una clara expresión de que papel juegan los clínicos ante sus pacientes.

Y, si las demandas sociales de atención a la enfermedad se dejan de lado, aparecen las que provienen del campo jurídico y legal (forense) que también son verdaderamente trascendentes. Vean este otro párrafo.


A modo de epílogo: En la profesión de psicólogo los conocimientos y las técnicas son las principales herramientas para dar un buen servicio. Los servicios psicológicos tanto en la "clínica", donde la salud y también la vida del paciente pueden estar en juego como en la "forense", que se ocupa de la libertad, los derechos y el bienestar de las personas, requieren de la mayor competencia de los profesionales que a ellas se dedican. Por ello y por los cambios y avances en la ciencia de la Psicología, el buen profesional debe estar siempre en formación permanente porque la gravedad y trascendencia de los problemas con los que nos enfrentamos así lo requieren.