Neurociencia y Justicia: el papel del cerebro en las decisiones que anteceden a los delitos.


Atención a los avances de la ciencia. Me he quedado gratamente sorprendido por el contenido y el desarrollo del debate sobre las aportaciones que la Neurociencia está realizando a la Justicia Penal 

Este es uno de los debates que se han incluido en el  World Science Festival, que este año se celebra en New York (EEUU) y que, como cada año, está dedicado a los mas importantes y sorprendentes descubrimientos que los científicos han descrito recientemente.




Entre las numerosas noticias de física, astronomía, genética, química, etc... aparece un debate acera de las implicaciones que tienen los avances en la Neurociencia Cognitiva y la Ley, especialmente la ley penal. ¿No es una anomalía tratar temas propiamente y exclusivamente sociales, culturales, humanos, éticos en un contexto científico?. No, no solamente no es una anomalía, sino una magnífica noticia. Por fin los temas "específicamente humanos" (algunos preferirían "sociales") como la conciencia moral, las decisiones éticas y la conducta criminal se tratan desde una visión objetiva, sin prejuicios y con una voluntad claramente reformadora. 

La realidad de este debate - acerca de lo que sabemos del funcionamiento del cerebro de los humanos en relación con la conducta criminal - esta sustentada en varios avances:

1.- Que la biología humana tiene que ver con la conducta criminal ya está fuera de dudas. Ya se puede plantear el tema sin que los "ortodoxos" se rasguen las vestiduras - es verdad que algunos de ellos ya se han jubilado - porque hay numerosas evidencias que sustentan esta relación. El psicólogo y criminólogo, Adrian Raine, pionero de la Neurocriminologia acaba de publicar un libro, The anatomy of violence, que compila los avances en las bases biológicas de la conducta criminal. Magnífico libro y recomendable , de un gran psicólogo que investiga desde los años 80 las relaciones entre la biología, la psicología y la conducta violenta.


2.- También esta fuera de toda duda razonable que la causalidad del comportamiento criminal, como de cualquier otro, esta en la actividad mental del sujeto. La forma como son las personas psicológicamente en interacción con las demandas situacionales proximales acaban influyendo en las decisiones que anteceden a las conductas delictivas. Esos procesos se han descrito en términos de operaciones cerebrales y, con menos precisión, también en términos de operaciones mentales. Los individuos toman las decisiones -y eso se puede monitorizar en la actividad cerebral - que se convierten en sus actos y conductas. En un reciente Simposium Neuroethics: from Lab to Law que tuvo lugar en Noviembre del año pasado en Barcelona, tuve la ocasión de defender la idea de que las personas que cometen delitos graves no realizan acciones violentas o delictivas porque son "malas personas" sino que toman decisiones de actuar violentamente o de forma deshonesta, amoral, dañina o ilegal. En este Simposium analizamos a fondo los avances en el conocimiento de las bases bio-psico-sociales de la ética aplicada al ámbito de la conducta criminal. También aquí los avances científicos son sólidos y nos permiten ver la explicación de la conducta criminal y las aplicaciones técnicas desde una visión claramente científica, y



 3.- Los juristas admiten y reelaboran sus teorías y modelos, acerca de la responsabilidad y el libre albedrío, a la luz de estos avances, llegando a cuestionarse si la "culpabilidad" - elemento central de la arquitectura del código penal - quizas sea una "característica" propia de los humanos que no existe. Las consecuencias para la aplicación de la ley penal son drásticas, hasta el punto que algunos juristas afirman con toda claridad que la responsabilidad penal no existe porque los seres humanos no son sujetos con libertad de elección.



Un último comentario y una información reciente. La generalidad del debate acerca de las implicaciones que tienen la Neurociencia en el Derecho penal ha sobrepasado los límites del mundo que solemos llamar "avanzado". A las ya numerosas publicaciones anglosajonas sobre la temática se une este monográfico sobre Neurociencia y Derecho Penal, surgido del Seminario de Barcelona que hemos mencionado antes. En este volumen extenso que los Dres. Eduardo Demetrio y Manuel Maroto han dirigido y compliado, se incluyen aportaciones variadas de muchos autores (de distintas disciplinas) que participaron en el Seminario. Desde análisis sobre libertad de acción, determinismo, ilusión de voluntad, culpabilidad atribuida, imputabilidad, peligrosidad o psicopatía hasta validez jurídica de las pruebas biológicas, etc... se profundiza en tópicos de gran interés y trascedencia suscitados por la irrupción de la neurociencia y la genética en el quehacer de los juristas y el resto de agentes que participan en la administración de la justicia.