¿Hay más presos porque hay más delitos o menos delitos porque hay más presos?


España es hoy uno de los países con una de las más elevadas tasas de presos en la Unión Europea (UE), aproximadamente 150 presos x 100.000 habitantes y la media europea es de 123. En España desde el año 2000 ha aumentado la tasa de internos en prisión un 65,1%. A su vez tenemos una de las tasas de criminalidad más bajas de la propia UE, 47,6 infracciones penales por 1000 habitantes y la media europea es de 70,4. Si comparamos estas dos tasas podríamos pensar que, precisamente, la tasa de criminalidad es menor porque la de internamiento penitenciario es mayor y eso frena la delincuencia y especialmente la reincidencia. Nada más lejos de la realidad. Por “contraintuitivo” que parezca la tasa de internamiento es consecuencia de la tasa de criminalidad (o debería de serlo) y no al revés. Lo que deberíamos esperar es que a niveles bajos de criminalidad corresponderían niveles igualmente bajos de presos en las cárceles cumpliendo penas de reclusión. Pero, a la luz de lo que pasa y que presentaremos a continuación, podemos decir que las tasas de reclusión no están producidas únicamente por la tasa de delitos que se cometen.
En una reunión de técnicos penitenciarios celebrada recientemente (V Jornadas de Almagro, durante el mes de Octubre de 2008, organizadas por la ATIP) se indicaba que España se parecía a Holanda en tráfico de cocaína y en tasa de presos. Ambos países ocupaban el nivel más alto en la UE para ambos criterios (quizás exista una estrecha relación entre ambos). Pero el pasado mes de Junio la ministra de Justicia del Reino de Holanda, Nebahat Albaryrak (en la foto), ha sorprendido a todos declarando que va a cerrar 8 prisiones en Holanda porque el descenso de usuarios de las prisiones hace que estas plazas penitenciarias sobren. ¿Es que la delincuencia ha descendido en Holanda? ¿Cómo lo han hecho? Parece ser que los niveles de delincuencia no han descendido en Holanda, pero los jueces imponen menos penas de reclusión y muchas otras penas alternativas a este tipo de castigo. Lo que sí es cierto es que allí, como en España, los delitos más graves y violentos han disminuido en los últimos cinco años y por tanto la necesidad de imponer penas largas de prisión se ha reducido.
En el informe de criminalidad del año 2006, publicado por el Ministerio del Interior se mostraba una reducción de los delitos violentos que oscilaban entre el -4,3% para los delitos de robo con violencia hasta un -2% para los delitos de asesinato y homicidio. No obstante en este informe, que comparaba las tasas de 2005 con las del 2006, se observaba un aumento del 8,4% para los delitos violentos en el ámbito familiar. En el mismo informe de 2009, referido al año anterior el 2008, se describían los siguientes datos. Número de infracciones penales violentas, en 2001 eran 59.737 y en 2008 un total de 105.009. La tasa de criminalidad general en 2001, según el mismo informe, era de 3,51%, prácticamente idéntica a la de 2008. En este informe se indica que los delitos violentos tuvieron una prevalencia anual del 0,27%, los robos con violencia un 1,75% y las faltas con lesión una prevalencia del 0,21%.
En Holanda desde hace unos años utilizan un sistema de prospectiva que “modeliza” el futuro esperable, en este caso, en cuanto a la ocupación de las prisiones. En este sistema se utilizan más variables que la “sencilla y única” tasa de criminalidad. En este sistema de predicción se incluyen otras variables que también influyen en la tasa de internamiento, por ejemplo, la política criminal que se aplica al tráfico y consumo de drogas. No hay tantas diferencias en la criminalidad holandesa y española. Las tasas de reincidencia a 5 años está en torno al 40% en nuestro reino y en Holanda, a 7 años es del 70% (porcentajes aproximados). La mayoría de los presos internados en las cárceles españolas no tiene graves riesgos de reincidencia (parece que en torno a un50-60%) entonces, ¿porqué cada vez hay más internos en las prisiones cuando lo natural es que descendieran?
Unos cuantos criminólogos y juristas están dando un importante toque de atención a este exceso de medidas punitivas que está sucediendo en nuestro país y que está llevando a una situación de colapso del sistema penitenciario al sobresaturarlo de internos. Conocidos criminólogos como Santiago Redondo de la Universidad de Barcelona (autor de un ensayo titulado In-tolerancia publicado en la editorial Versatil), E. Larrauri , J.Cid , J. Silva o Mercedes García Aran, dicen que esta deriva, este incremento de presos en los centros penitenciarios, debe de cesar. No todas las conductas antisociales y antinormativas deben implicar condenas de reclusión, hay un gran repertorio de medidas punitivas a aplicar a los infractores. El repertorio legal español tiene muchos y variados recursos para castigar y actuar sobre los delincuentes y deben utilizarse por lo menos, por tres razones: son igualmente eficaces que las penas de prisión, son mucho más baratas y más humanitarias. ¿Qué queremos más? ¿á qué esperamos a aplicarlas?. Holanda ya nos lleva la delantera.