Victimizacion Juvenil On line

La imagen pública de una juventud violenta y antisocial esconde una realidad en la que los menores y los jóvenes son más veces víctimas de los delitos que autores de los mismos. Los actos violentos y perjudiciales perpetrados sobre los menores son muchos y muy variados. Recientemente se ha descubierto un nuevo tipo de victimación, la “victimación online” y que tiene, entre los niños y los adolescentes a sus principales víctimas. Son nuevos procedimientos de abuso que utilizan los sistemas de comunicación por ordenador (web, chat, correo electrónico, etc..) para realizar estas actividades dañinas. El pasado mes de marzo año la Oficina de Prevención de la Delincuencia Juvenil de los EEUU publicaba un extenso informe sobre la realidad de la delincuencia y la violencia juvenil en los últimos cinco años y en él se detallaba este tipo nuevo de victimación que, la policía también lo ha detectado en nuestro país.

La victimación “online”, denominada así porque la acción ofensiva se realiza a través del ordenador, se clasifica en tres tipos. Las demandas/ofertas de relaciones sexuales, las amenazas de naturaleza sexual y el hostigamiento. Las demandas y ofertas para mantener conversaciones de contenido sexual y la solicitud de información sexual personal, son el tipo más frecuente de victimación “online”. Se realizan por medio del correo electronico y los chats principalmente. Incluyen envio de materiales pornográficos, muchas veces utilizando el engaño, con la pretensión de convencer a la victima a mantener relaciones sexuales reales o virtuales. A veces estas ofertas acaban en intentos de relación sexual reales con el menor. El segundo tipo de victimación online se produce cuando estas comunicaciones de naturaleza sexual tienen, además, un contenido amenazante y violento. Cuando el comunicante, anónimo o no, extorsiona, chantajea o intimida a la victima con el objeto de mantener relaciones sexuales reales o virtuales (en distintos formatos: intercambio de información sexual personal, material gráfico, etc..) en un tono violento y agresivo. Por último el tercer tipo son el hostigamiento, las amenazas y el acoso utilizando la red. La víctima es objeto de amenazas, insultos y otras conductas ofensivas, que no son de naturaleza sexual, y que recibe por el correo electrónico o bien se divulgan por la web mencionando al menor amenazado (rumores, insultos, etc..). Como es fácil suponer muchos de estos incidentes producen malestar y miedo, que en algunos casos es grave o intenso, entre otras consecuencias.

¿Qué extensión tiene este nuevo fenómeno? Se estima que uno de cada cinco usuarios de Internet, entre 10 y 17 años dicen haber recibido demandas/ofertas de relaciones sexuales no solicitadas durante el ultimo año. Las niñas y las adolescentes reciben el doble de ofertas e relaciones sexuales que los chicos. La mayoría de ofertas se realizan sobre chicas adolescentes (76%) y el resto sobre niñas entre 10 y 13 años. El delito más frecuente es enviar material pornográfico que el receptor no ha solicitado. El 94 % de las imágenes enviadas son personas desnudas, un 38% mostraban personas manteniendo relaciones sexuales y un 8% incluían, además, imágenes violentas. Un 23% de los incidentes fueron descritos por las víctimas como muy molestos. Una pequeña proporción de encuestados (6%) informó haber sido objeto de acoso y amenazas en el último año. Estas amenazas llegaban por medio del correo electrónico (52%) o en sesiones de chat (32%). Un 2% de las victimas de estas amenazas dijeron haberse sentido muy atemorizadas y asustadas por esas amenazas. Este tipo de victimación “online” es en gran parte desconocida, ya que los propios victimizados no los hacen públicos. Aproximadamente en la mitad de los incidentes (49%) los jóvenes no informaron a nadie de lo sucedido, solamente en un 29% de los casos se informa a amigos o hermanos y en un 24% lo expusieron a sus padres. El uso de Internet y de las tecnologías de la comunicación es un hábito normal y que cada día alcanza mayor extensión entre los menores y los jóvenes. Podemos decir que han tomado carta de cotidianeidad en la vida de estos ciudadanos en desarrollo. Los riesgos de las nuevas tecnologías, probablemente no muy distintos de los que incorporaban las tecnologías clásicas, debemos conocerlos y controlarlos para reducir sus efectos y la victimación “online” es uno más de ellos.